Déjame enseñarte un lugar donde sin saberlo, ya tu entraste. Como un ladrón de media noche te apoderaste de mis sentidos.
Déjame ser dueña de tu corazón, porque del mío tú ya te adueñaste
Agustín Hernández Mendoza
Agustín Hernández Mendoza
Le pido a Dios que la felicidad que ilumina nuestro matrimonio nos acompañe siempre